Este micro-ensayo
presenta cinco reflexiones personales sobre el asesinato de líderes y
alternativas de acción ciudadana. La
enumeración que usaré obedece a la intención de ser lo más breve y concreta
posible. No debe ser interpretado como un análisis crudo pero sí puntual y
respetuoso.
Por: Diana María Valencia* / Democracia en la Red
1.
La velatón
también fue por los agentes de la CTI.
La sangre de compatriotas es roja como la franja de nuestra bandera, no
tiene color político. El rechazo
generado por el asesinato de líderes sociales, miembros de comunidades
indígenas, docentes, reclamantes de tierras, o agentes del Estado como
defensores y miembros de la fuerza pública; es uno mismo. Así como lo es el clamor al gobierno de Juan
Manuel Santos para que, mejor tarde que nunca, reconozca la sistematicidad de
los crímenes y la falta de eficiencia de su ministerio de defensa y asociados
en remediarla (como sabemos, al contrario, la han negado torpemente).
2.
Los números
no coinciden, no es problema, pero sí significa que debemos ser más cuidadosos
en el análisis. Las estadísticas de asesinatos difieren y me temo que es porque
todos hemos estudiado los casos sin separar los de líderes. Hablamos mucho de
líderes, pero presentamos estadísticas que incluyen personas que no ejercen
liderazgos, los consideramos porque pertenecen a cierta raza o etnia o tienen
determinado oficio. Eso nos dispersa. Esto no significa que unas vidas valgan
más que otras, sino que debemos ser más cuidadosos en el análisis. Cuando
hablamos de líderes, la sistematicidad como lo expresa Andrés Felipe Giraldo,
se aparta de lo meramente criminológico y entra al terreno teleológico: al
asesinar al líder no solo matan a una persona sino la lucha entera de las
comunidades, dejándolas “sin voz, temerosas y expuestas”.[1]
3.
Estos
análisis estadísticos sobre información heterogénea arrojan generalidades que
ya conocemos sobre los posibles motivos de los crímenes, como indica el informe
de Centro Nacional de Consultoría (CNC) reseñado por Allison Benson o el
conocido informe de Indepaz que fue citado ampliamente por la prensa:
conflictos sobre tierras, recursos y cultivos ilícitos; víctimas entre líderes comunitarios, miembros
de etnias y campesinos, y ocurridos particularmente en departamentos del
pacífico y Antioquia.[2]
Dentro de esta amplia muestra es probable que podamos hablar más bien de
sistematicidades en plural.
4.
Personalmente
y como lo expresé en el programa de @PosLaVerda del pasado lunes 9 de julio,
responsabilizo al Gobierno en cabeza de Juan Manuel Santos, por estos crímenes
atroces.[3]
La paz prometida al campo, nunca llegó. Aparte de los factores mencionados
arriba considero que la principal causa de esta ola de asesinatos es la
señalada por la investigación de la Universidad del Rosario “Killing Social
Leaders for Territorial Control” y que cita Kalmanovitz en su más reciente
columna de El Espectador: están ligados a la firma del acuerdo, no por el
acuerdo en sí mismo, sino por la negligencia en su ejecución. Tristemente, con
el retiro de las FARC y el reiterado abandono del Estado, los territorios
quedaron a merced de grupos ilegales disputándose una autoridad que
correspondería al gobierno haber ejercido.[4] Los
habitantes de estas zonas están atrapados en el fuego cruzado.
5.
Finalmente,
cuál puede ser el aporte de una ciudadanía preocupada y así mismo inmersa en su
propio día a día. Bueno, sugiero tres cosas con las que podemos empezar.
Primera, continuar el activismo en redes, muy criticado, pero permite mantener
visibles las personas y las causas; que los líderes no estén solos en sus respectivas campañas. Segundo, la
manifestación pacífica (recalcando en lo pacífica), como la velatón, debe
repetirse. Personalmente no creo que la convocatoria para el 7 de agosto sea
buena idea, considerando no sólo los de por sí muy complejos esquemas de
seguridad con que se puede enfrentar; sino además que plantear una batalla de
protagonismos le resta en sí protagonismo a quienes deben tenerlo. Respaldaré
la propuesta de todo líder que acompañe esta causa, siempre y cuando sean los
líderes sociales asesinados los ejes centrales de la iniciativa. Y tercero,
votar la consulta anticorrupción que, entre otras cosas empodera a las
comunidades en varios sentidos: participación, control, veeduría.
* Diana María Valencia
MSC Food Security and
Sustainable Agriculture. MPhil/PhD History Candidate. University of Exeter, UK
[1] Andrés Felipe Giraldo López,
‘Lo sistemático en el asesinato de líderes sociales’, Revista Enfoque, 2018 <http://www.revistaenfoque.com.co/opinion/lo-sistematico-en-el-asesinato-de-lideres-sociales>.
[2] Allison Benson Hernandez,
‘¿Nos seguirán matando?’, Las2orillas,
2018 <https://www.las2orillas.co/nos-seguiran-matando/>; Indepaz and
others, Separata de actualización de
Informe Todos los nombres, todos los rostros, Todos los nombres, todos los
rostros: Informe de Derechos Humanos sobre la situación de lideresas y líderes
sociales, de defensoras y defensores de Derechos Humanos y de ex combatientes
de las FARC – EP y sus familiares en los territorios. (Bogotá, Colombia:
Indepaz, 5 July 2018), p. 20
<http://www.indepaz.org.co/8233/separata-de-actualizacion-de-informe-todos-los-nombres-todos-los-rostros/>;
‘El Mapa de Los Líderes Sociales Asesinados En Colombia’, El Tiempo (Bogotá, Colombia), On line edition, section Otras
Ciudades - Colombia
<http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/el-mapa-de-los-lideres-sociales-asesinados-en-colombia-184408>.
[3] Andrés Balaguera and others, PosLaVerda 9 de Julio EN VIVO <https://www.spreaker.com/user/poslaverda/poslaverda-9-de-julio-en-vivo>.
[4] Salomón Kalmanovitz, ‘¿Quién
los está matando?’, El Espectador.com
(Bogotá, Colombia, 8 July 2018), On line edition, section Opinión
<https://www.elespectador.com/opinion/quien-los-esta-matando-columna-798898>
Documento original
de trabajo de la Universidad del Rosario, disponible en inglés en el enlace:
Mounu Prem and others, ‘Killing Social Leaders for Territorial Control’
(Universidad del Rosario, 2018) <http://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/18133/dt218.pdf>.
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