El pasado mes de febrero la Universidad de Pamplona
vivió uno de los paros más organizados y cohesionados que ha tenido el
movimiento estudiantil desde 2010. En el se trataron tres problemáticas base:
los altos índices de desfinanciación a la universidad por parte del Gobierno
Nacional, la tercerización y la
democratización de la educación.
Cada vez que leo las denuncias de los estudiantes de la Universidad
Nacional sobre la grave crisis presupuestal que afronta la mayor Universidad del
país, que inclusive siendo la Institución de Educación Superior pública mayor
financiada por el Estado no tiene el presupuesto suficiente para cubrir sus
gastos de funcionamiento e inversión, me aborda la misma pregunta: ¿cómo estará
entonces la Universidad de Pamplona (UP), una de las más desfinanciadas del
país?
Las cifras de la UP solo pueden calificarse como desalentadoras:
según los reportes del SUE (Sistema de Universidades Estatales del país), la
Unipamplona tiene una autofinanciación cercana al 69,80%, consolidándose como modelo
de financiación mixta, el cual se ha querido imponer a nivel nacional desde la
Ley 30 de 1993 y que va en contravía del desarrollo de la academia. Este modelo
hace imposible extender la infraestructura, investigación, bienestar y demás
componentes necesarios para lograr la educación de alta calidad que merecemos
todos los colombianos.
Todo este cuadro de desfinanciación a la Universidad Pública a nivel
nacional también ha afectado a la Universidad de Pamplona en gran medida: la universidad
insignia de Norte de Santander tiene de los peores índices de contratación
docente del país: 48,3% de docentes ocasionales (la segunda más alta a nivel
nacional según los reportes del SUE frente a un 22,8% de la media nacional) en
contraste con la contratación de docentes planta que tan sólo alcanza un 17,8%.
De igual modo, según los reportes del Ministerio de Educación mediante el MIDE,
la Unipamplona está muy relegada en items como la investigación, producción
científica, sin mencionar que sus egresados respecto a los egresados de otras
universidades del país tienen un menor sueldo de enganche y menos posibilidades
de ingreso a posgrados[i].
Para ponerle la cereza al pastel, el pasado viernes la ministra de
educación Yaneth Giha -la misma ex directora de Colciencias que justificó el
represamiento de 1,5 billones de pesos del presupuesto del ente investigador de
Colombia bajo el sofisma “no había
proyectos lo suficientemente buenos como para incentivar la investigación”-,
se reunió con el Consejo Superior de la Universidad de Pamplona para
felicitarlos por la “fantástica
cobertura” del alma máter (más de 20 mil estudiantes).
De aquellas hilarantes declaraciones emergen otros cuestionamientos:
¿y la platica para sostener el aumento de la cobertura? ¿también se la
“mecatiaron en cositas”?
Los estudiantes de la universidad de Pamplona en general y el Cuerpo
de Vocerías en particular la invitamos a que venga y hablemos de los más de 16
billones de pesos que necesitan las Universidades para cubrir sus falencias; a
hablar de educación con desfinanciación.
* Juliana Herrera. Estudiante de medicina. Miembro del Cuerpo de Vocerías de la Universidad de Pamplona, Avanza Unipamplona y Polo Joven.
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