La autoridad ambiental dejó en suspenso el proyecto
eléctrico de alta tensión en Cundinamarca y Boyacá. Falta información sobre
sustracción de área de reserva, especies vedadas y superposición con otros
proyectos minero energéticos.
Desde hace varios años
la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) se enfrenta a decenas de habitantes de
Boyacá y Cundinamarca por cuenta del proyecto eléctrico Chivor-Chivor ll Norte-
Bacatá 230 kV. Este consiste en diseñar, construir, operar y mantener, durante
mínimo 25 años, unas torres de energía que soporten el paso de líneas de 230 kV
desde San Luis de Gaceno, Boyacá, hasta Tenjo, Cundinamarca.
Las comunidades se han opuesto a las torres ya que el
proyecto pasaría por zonas de reserva de la cuenca alta del río Bogotá.
Después de un largo tira y afloje, parece que los habitantes
de 20 municipios de Cundinamarca y Boyacá acaban de ganar un primer round.
Semana Sostenible conoció un auto de la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales (Anla) publicado en febrero de este año en el que se suspende la
solicitud de licencia ambiental del proyecto (Ver documento).
La EEB radicó la solicitud de licencia ambiental ante la
Anla el 9 de agosto del año pasado, luego de muchos inconvenientes en los
procesos de socialización. Dos meses más tarde la autoridad ambiental le
solicitó información adicional a la empresa, la cual fue entregada en
diciembre.
Sin embargo, esto no fue suficiente. El 10 de febrero de
este año Anla decidió frenar la solicitud de licencia por varias razones.
Primero, aseguran que no hay información clara sobre algunas especies epifitas
vedadas y EEB aún no ha aportado los actos administrativos que concedan el
levantamiento de veda nacional y regional. Segundo, la empresa solicitó
la sustracción de 82 hectáreas del Área de Reserva Forestal Protectora
Productora de la Cuenca Alta del Río Bogotá en la Dirección de Bosques
Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Medioambiente, pero
hasta la fecha no se conoce la aprobación de la sustracción.
Finalmente, el documento indica que en el Sistema de
Información Geográfica de la Anla se constató que el proyecto se superpone con
otros: la Línea de Transmisión a 500 kW Bacatá – Primavera, la subestación
Chivor-Campo Rubiales, una explotación minera en Biotá, el bloque de
perforación exploratoria de hidrocarburos Nemqueteba, la construcción de la
línea troncal de suministro de gas Cogua-Guaymaral, y la rehabilitación,
reconstrucción y mantenimiento de la red férrea del Atlántico. De acuerdo con
la autoridad ambiental la empresa no ha dado cuenta de estas superposiciones,
no ha demostrado que el proyecto pueda coexistir con ellas, ni ha mostrado los
impactos ambientales que se generan en esas áreas de traslape.
Aun así, esta decisión de la Anla no es definitiva, pues
queda abierta la posibilidad de que la EEB resuelva todas las dudas, aporte
documentación y el trámite siga su curso. Líderes de las comunidades le dijeron
a este medio que aún no cantan victoria, que es importante seguir unidos e
impedir que se replique el mensaje erróneo de que esta suspensión es una
negación definitiva de la licencia, pues no quieren bajar la guardia.
Por su parte, desde un comienzo la EEB ha dicho que el
proyecto busca garantizar la seguridad energética del país. Además, hace unos
años, cuando empezó la tensión entre la empresa y las comunidades, el gerente
del proyecto Víctor Quisúa, le dijo a Semana Sostenible que es imposible que el
trazado no toque así sea una pequeña parte de la reserva. “Queremos causar el
menor impacto y eso no incluye solo lo ambiental, el social es quizás el factor
más importante”.
Emoticon Emoticon